viernes, 24 de junio de 2011

¡El verano ya está aquí!

¡El verano ya llegó, por fin! Aunque ya llevaba parte de la primavera haciéndose notar (gente en la playa en mayo, por ejemplo). Ojalá no sea un verano especialmente caluroso, aunque el otro día escuché en la radio que las temperaturas subirían 2 o 3 grados, o sea, que en Écija ya van a poder freír las patatas en plena calle.

Esta más que claro que el verano es la estación más esperada por los 5 millones de parados españoles, pues bien es sabido que durante esta estación suele bajar el número de desempleados, gracias, sobre todo, al sector turístico.

En estas fechas, hay un objeto que se vuelve imprescindible en los hogares españoles, sobre todo en el sur: el aire acondicionado o, en su defecto, el ventilador (confieso que la mayoría de las noches lo necesito para poder conciliar el sueño). Como el ventilador es demasiado grande para llevarlo colgando del brazo, casi todo el mundo utiliza el abanico (tantos colores, tantos estampados).

Además, la gente (las que se lo pueden permitir, claro) aprovechan para viajar, ya sea por territorio nacional o extranjero: te puedes encontrar a un gallego en la Costa del Sol o a un gaditano por Madrid.

Pero no todo son cosas buenas: estas fechas suelen ser las que registran el mayor número de fallecidos en las carreteras o en las que muchas personas sufren golpes de calor que, en los peores casos, pueden llegar a costar la vida.

Como buena gaditana, no puedo concebir un verano lejos de la playa, pero, ¿cómo se las apañan aquellos que no tienen? Pues se la juegan calmando la calor en los ríos, sin saber las condiciones en las que está, o los que tienen un hogar que lo permite, se pasan la mayor parte del día en la piscina.

No podemos olvidar las fiestas: fiestas en las playas (como la del Carranza), al aire libre (la noche de San Juan), San Fermín, etc...Sobre las fiestas de San Juan vamos a hacer una breve referencia: se celebra la madrugada del 23 al 24 de junio y es típico prender hogueras en las que la gente salte para pedir un deseo. Desgraciadamente, siempre hay algo que empañe las fiestas: ayer fallecieron dos jóvenes, uno de ellos brasileño, que se quedó atrapado entre las llamas de la gran hoguera que pretendía saltar. Los demás no pudieron hacer nada por él y los que intentaron rescatarle sufrieron quemaduras. La segunda víctima, creo que también un hombre joven, fue encontrado esta mañana a las 8 por las autoridades locales en el mar, tumbado boca abajo: ¿puede ser efecto de algún tipo de exceso cometido durante la fiesta?

Ojalá este sea un verano que se pueda recordar por noticias alegres y no por defunciones, accidentes o cualquier cosa que ponga en riesgo la vida humana.

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