Japón y su mal de ojo

Tsunami, seísmo, desastres nucleares y la amenaza de la posible explosión de un volcán. Marzo será un mes difícil de olvidar para los japoneses, que, de un día para otro, han visto las catástrofes que han asolado a su país.

Las consecuencias han sido numerosas:
El número de víctimas mortales se sitúa en torno a las 1.000 personas y aún quedan 88.000 desaparecidos. Según el Ministro de Defensa, 1.800 están destrozadas en la Prefectura de Fukushima.
Tras el seísmo, se produjo el parón de 11 centrales nucleares.
El pasado día 12, la central nuclear de Fukushima explotó. Se han evacuado a más de 45.000 personas y se ha comenzado a repartir yodo para prevenir el Cáncer de Tiroides.
Las infraestructuras de transporte también han sufrido daños. El tsunami afectó al Aeropuerto de Sendai y a la Base Aérea de Matsushima. Tras el seísmo, el Aeropuerto Internacional de Narita y el Aeropuerto Internacional de Haneda suspendieron las operaciones y desviaron sus vuelos a otros aeropuertos. También se han visto afectadas las redes ferroviarias y portuarias.
Más de 1.4 millones de hogares carecen de agua.
La bolsa de Japón cayó, al igual que los precios del petróleo como consecuencia del seísmo.
Muchos países ya han enviado ayudas para, sobre todo, encontrar a los desaparecidos.
Se ha recomendado no viajar a Japón como prevención.
Estas catástrofes se notarán en el turismo español, pues los japoneses representan un 12% de las visitas a la Alhambra de Granada y, además, este es uno de los destinos predilectos de las parejas japonesas para contraer matrimonio. Pero, debido a tanta desgracia, muchas bodas y visitas a España se están cancelando.
Ojalá a Japón se le quite el mal de ojo que le han echado.