Adiós Enero, Confiamos en Febrero

5 de enero de 2011. Torrecaballeros (Segovia). Julio José Zapata (52 años) acaba a tiros con la vida de su mujer, Ana María Sánchez (49 años). y con la de su hijo, Carlos (16 años).
La pareja se había trasladado de Madrid a Torrecaballeros en 2002 junto a su hijo, que en ese momento contaba la edad de 6 años. Habían iniciado los trámites de separación, pero lo que nadie podía imaginar es que esos papeles jamás se llegarían a firmar. Julio José creyó tener derecho a acabar con su mujer y con su hijo, y luego, para librarse de la carga que siempre le quedaría en la espalda, se quitó la vida.

13 de enero de 2011. Granada. Ocho días después de la primera muerte por violencia de género del 2011, conocíamos que, presuntamente, X.L., de 32 años, había asesinado a su pareja, W.L., de 29 años. Los vecinos alertaron a la policía tras asustarse por la fuerte discusión que venía desde la trastienda del establecimiento que regentaba la pareja. Cuando los agentes llegaron, encontraron sus cadáveres. La mujer, con una herida abierta en el cráneo, y el hombre, con el atuendo ensangrentado. La policía sospecha que el arma homicida fue una losa de mármol del local. Esta muerte deja huérfano a un niño de 6 años que residía en China.

18 de enero. Fuenlabrada (Madrid). Cuando la mujer ecuatoriana subió a su casa, no podía imaginarse lo que encontraría allí. Carmen (54 años), una mujer que le había alquilado una habitación, se hallaba muerta sobre la cama. La mujer enseguida llamó a la policía, quienes detuvieron al marido de Carmen, Francisco (47 años), quien se había sentado a esperar en una plaza a sólo 100 metros de la habitación donde perpetró el crimen. Se declaró culpable de asesinato ante los agentes, alegando que la había estrangulado con un cordón tras una acalorada discusión.

26 de enero. Cartagena (Murcia). Cuando la pequeña de nueve años llegó a su casa y entró en la cocina, se quedaría hecha una piedra: ante ella, rodeada de un charco de sangre, se encontraba su madre, Lady Yeni P.A. (34 años), cubana, o mejor dicho, el cadáver de su madre. Poco después, los agentes detuvieron a su pareja, un vendedor de coches, Antonio F.E. (54 años). Presuntamente, le asestó numerosas puñaladas en el abdomen. Los vecinos confiesan que, en el año que llevaban conviviendo juntos, Lady recibía palizas de su pareja y que a veces se escuchaban fuertes discusiones.

29 de enero. Calviá (Mallorca). Ese fue el día en el que se acabó la vida de María Jesús Rafia (74 años), tras los dos tiros en la cabeza que le propinó desde la espalda su marido, Bartolomé Verger (86 años), quien, sentado frente al cuerpo de su compañera desde hacia 50 años, se suicidó. El cuerpo fue encontrado por un familiar del matrimonio. Los vecinos aseguran que discutían frecuentemente por aspectos domésticos. Además, la mujer sufría prolemas mentales.

30 de enero. Villacarrillo (Jaén) y Campo de Criptana (Ciudad Real). El mismo día, pero a cientos de kilómetros, dos mujeres morían a manos de las personas a las que amaron. La primera, Ramona Martínez (44 años), recibió dos puñaladas, en el abdomen y en el cuello. Su marido, Alfonso G.A. (47 años), confesó el crimen a su cuñado. Horas después, fue detenido por la Guardia Civil. Pero no era la primera vez que Alfonso había maltrato a Ramona. En 2010, fue detenido en Andorra, lugar donde residían antes de volver a Jaén, por amenazas y maltrato leve a su mujer. En abril de ese año, le fue interpuesta una orden de alejamiento que caducaba en 4 años. Este hecho vuelve a dejar a dos hijas, de 25 y 21 años, sin madre y con un padre que llevará por siempre la etiqueta de asesino.
J.M.M (43 años)., fue la última víctima de género de enero. Presuntamente, fue degollada por su marido, quien resultó herido grave tras tirarse por el balón del piso de la pareja. Además, el presunto asesino le confesó a su hermana lo ocurrido. ¿Quién le explicará a su hija de 13 años que su padre está señalado con el dedo por matar, presuntamente, a su padre?

Todas estas mujeres, además de su trágico final, tenían algo en común: ninguna había interpuesto denuncia por malos tratos.