martes, 14 de diciembre de 2010

¿Así es la Ley?

Hoy, 14 de diciembre de 2010, se ha demostrado una vez más cómo actúa la justicia cuando se topa con la ley del menor. Los padres de la menor de 13 años, Cristina Martín, asesinada el pasado mes de abril en Seseña a manos de una compañera de clase también menor, se han visto las caras con la asesina confesa de su fallecida hija en los Juzgados de Toledo.
Cocó, de 14 años de edad, confesó ayer ante el juez que había sido la autora del crimen, del cual no dio detalles de cómo y el motivo por el que lo cometió. La otra menor, N.N.N, de 14 años de edad, también reconoció que conocía la autoría de este asesinato.
Los padres de Cristina llegaron al Juzgado de Menores de Toledo acompañados de María del Mar Bermúdez, madre de la joven asesinada Sandra Pazos.
Hoy se ha conocido el final de este trágico caso: Cocó será condenada por asesinato con alevosía a cinco años en un centro de menores y a tres de libertad vigilada, y la otra acusada, N.N.N., se verá obligada a permanecer un año por encubrimiento en un centro de menores.
Francisco Martín de la Sierra, padre de Cristina, no está conforme con la sentencia, pues considera que la condena debería ser cadena perpetua, a pesar de haber impuesto a la asesina confesa la pena máxima que se registra en la ley del menor.
Lo único que queda por fijar es la indemnización que se entregará a la familia de Cristina. La fiscalía pide 150.000 euros para Francisco y Pilar, los padres, pero éstos exigen 300.000 euros. 

El crimen tuvo lugar en Semana Santa en el paraje La Veguilla, donde Cocó y Cristina se habían citado ese mismo día de abril. Tras discutir, la asesina confesa agarró por el cuello a Cristina, la arrojó al suelo y la golpeó con una piedra en la cabeza. Luego, cortó un tajo en las muñecas con una navaja para que se desangrara más rápidamente. Antes de marcharse, la ocultó con ladrillos y tierra. Ese día, Cocó le confesó a N.N.N. el asesinato y ambas jóvenes se trasladaron al lugar del crimen sin prestar ningún tipo de ayuda a Cristina, que probablemente hubiera podido salvarse si se la hubiera atendido a tiempo.
Pido la Palabra

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